Fernando López, de 28 años, acababa de
finalizar su carrera de física en la universidad de Sevilla cuando decide
dedicarse dar un giro drástico a su vida y dedicarse a lo que más le llenaba:
Ayudar a los demás.
Esto pudimos comprobarlo gracias a una
charla que nos ofreció el pasado miércoles 26 de octubre en la iglesia del
Sagrado Corazón., organizada por la asociación “Entreculturas"
Así que así lo hizo, se convirtió en
jesuita y dejó atrás a su cómoda vida, el consumismo característico de
occidente, a su familia, amigos y novia y partió hacia la Amazonia con el
objetivo de acompañar a los pueblos indígenas en su lucha por la defensa de los
derechos humanos y del medio ambiente.
La base de Fernando en los últimos años ha sido
Manaos, pero también ha vivido en la Amazonia brasileña.
Forma parte de un equipo itinerante que imparte
talleres formativos a las comunidades indígenas y que les apoya en los procesos
de demarcación de territorios y en la defensa del medio ambiente, denunciando
la depredación de este territorio y sus pueblos, ya que muchas empresas (tanto
de oriente como de occidente) pretenden aprovecharse de los múltiples riquezas
que posee este terreno (oro, diamantes…) o para crear campos de cultivos
aprochechándose de esta fértil tierra (los que más daño están causando
actualmente son los agricultores de arroz, que han conseguido acabar con una
gran parte de este pulmón que tanto necesitamos para nuestro planeta.)
Estado de parte de la
selva después de la explotación que ha sufrido
Fernando da voz a estos indígenas, para que puedan
seguir luchando por lo que es suyo, es decir, seguir peleando para que puedan
conseguir sus derechos que les pertenecen como personas que son.
Los indígenas llevan luchando más de 60 años contra
las grandes empresas, para que dejen de explotar y destruir la Amazonia, que es
su único hogar, ya que estas personas tienen un estilo de vida muy diferente al
nuestro por lo que como nos contaba Fernando “Si abandonan la Amazonia su única
alternativa será emigrar a las grandes ciudades donde solo les quedará la
opción de prostituirse para poder ganarse la vida”. Esta lucha no resulta anda
fácil, ya que las empresas tratan de sobornar a los indígenas entregándoles,
armas, dinero, alcohol… a cambio de que abandonen su hogar.
Jesuitas
Voluntarios
Pero cuando estos sobornos no dan resultado (es
decir, en la mayoría de ocasiones) la situación se vuelve mucho más violentas,
las empresas contratan a pistoleros, que se encargan de amenazar, e incluso
llegan a asesinar para conseguir sus objetivos.
Aunque los indígenas no son los únicos perjudicados,
muchos jesuitas y voluntarios han sido amenazados e incluso han muerto por esta
causa, un ejemplo sería Vicente Cañas, jesuita español de 48 años que después
de múltiples amenazas por parte de las grandes empresas por interponerse a sus
objetivos de explotar la amazonia fue asesinado junto a su cabaña (donde se
pasaba periodos de tiempo para leer, escribir poesía o escribir música gregoriana)
en la madrugada del 5 de abril de 1987.
Vicente Cañas con los
indígenas
El caso fue archivado ya que según el juez “No había
forma de reconocer a los culpables”, pero hace poco fue reabierto, y aunque no
vaya nadie a la cárcel por su asesinato, Si entre todos ponemos un poco de
nuestra parte y conseguimos ayudar a estas personas que Fernando llamaba
“Nuestros hermanos Latinoamericanos”, ni Vicente ni ninguno de estos mártires
habrá muerto en vano.
Además, Fernando nos insiste para que nos “Plantemos”
ya que “Cuando un árbol no tiene raíces es débil y cualquier animal que pasa
puede derribarlo de un empujón, pero si el árbol tiene unos buenos cimientos,
nada ni nadie podrá derribarlo”
“Debemos luchar por proteger la tierra, ya que es
nuestra mejor escuela, a mí en la universidad no me enseñaron a escuchar a los
árboles, ni al río cuando me hablaban, pero gracias a convivir con estas
personas en la Amazonia he aprendido que estar vinculado con nuestro planeta es
muy importante, por eso debemos protegerlo, porque es el único que tenemos”.
¡Esto pudimos comprobarlo bailando bailes
indígenas, probando comidas típicas y pasándolo genial! Gracias a una charla
que nos ofreció el propio Fernando el pasado miércoles 26 de octubre en la
iglesia del Sagrado Corazón organizada por la asociación “Entreculturas”.
Alumnos del colegio probando una bebida típica
Alumnos y profesores atendiendo en la charla
Muchas gracias Paula, por acercarnos la charla a los que no estuvimos allí.
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