A mediados de octubre de 2017 en la asignatura de Ciencias de la Tierra y Medio
Ambiente, fuimos a recoger aceitunas del famoso olivo de nuestro colegio, San
Estanislao de Kotska. Este olivo está situado en el patio y da aceitunas totalmente
naturales ya que tiene un cuidado básico el cual no requiere el uso excesivo de
insecticidas como otros.
La intención de nuestra clase, 2 de bachillerato B en esta asignatura consiste en
aprovechar estas aceitunas para un fin alimenticio, es decir, utilizarlas para comer.
Para ello primero nos dispusimos a recoger aceitunas, y aunque parece una tarea
fácil, lo cierto es que no lo es, ya que algunas están muy altas y es difícil alcanzarlas.
La recogida de la aceituna u oliva se hace mediante unos palos los cuales sacuden
fuertemente el olivo mientras caen las aceitunas sobre unos plásticos que están en
el suelo.
Nosotros arrancamos las aceitunas del olivo, con la suerte de que este año la cosecha
era abundante no como años anteriores, y escogimos las aceitunas que más nos
gustaron, desechando aquellas que estaban pochas o algunas muy verdes. El
mecanismo que utilizamos para recogerlas fue colocando un plástico grande en el
suelo y alguien que se ofreciera sacudía una rama mientras otros recogían, sin
embargo, algunos directamente las arrancamos del árbol. Cada uno nos llevamos un
tarro con aceitunas para poder prepararlas para el consumo.
Una vez hecho esto fue necesario limpiarlas bien. El proceso de limpiar es muy
sencillo, porque consiste en mantener durante 10 días aproximadamente en agua(si
el agua es de botella o mineral es mejor ya que no contiene cloro como el agua del
grifo) las aceitunas. Eso sí, cambiando el agua todos los días. Yo, por ejemplo, en los
últimos días le he puesto un poco de sal para asegurarme de que ya no queda ningún
microorganismo, pero no es realmente necesario. También, a las aceitunas se les
hace una pequeña incisión con un cuchillo o se les da un golpe para machacarlas;
esto sirve para abrir la aceituna, que absorban algo de agua y finalmente, ponerse
más carnosas y para que absorba mejor el aliño. Este proceso se puede hacer antes
de ponerlas a remojo o después, justo antes de hacer el aliño. En mi caso, le hice un
corte a las aceitunas unos días después de haberlas puesto en agua.
Durante estos días he podido apreciar cómo algunas de las aceitunas van perdiendo
ese color negro y otras se ponen más verdes.
Una vez hecho todo esto, llegó la hora de aliñarlas para poder comerlas. Este paso es
muy abierto pues dependiendo de los gustos cada uno le podemos poner una cosa u
otra a nuestro aliño. El aliño o aderezo que he escogido es el siguiente: sal, tomillo,
pimiento rojo, ajo, hinojo y agua.
La finalidad de esta práctica, con relación a la asignatura de CTMA, ha consistido en
aprovechar el recurso de las aceitunas que tenemos en el colegio.
Me ha encantado esta experiencia porque me ha hecho apreciar el producto natural
y cómo se lleva a cabo su preparación, ya que estamos acostumbrados a comprarlo
todo en el supermercado y no sabemos la elaboración de estos productos ni somos
capaces de valorar un buen alimento, como es la oliva, de la cual depende un gran
porcentaje de la actividad agraria de nuestra comunidad autónoma Andalucía, con
la venta del aceite, que es llamado por otras regiones y países como el oro líquido.
Por ello debemos agradecer vivir en un lugar con tales condiciones de riqueza de
temperatura , del relieve… que permiten el cultivo de olivos y la fabricación
del aceite que también constituye la base de nuestra alimentación, que es la
mediterránea.
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